Hoy tengo el placer de hablaros de GUCCI GUILTY. La nueva campaña de la clásica fragancia de Gucci es toda una declaración de intenciones. Una revolución que comenzó en las pasarelas con Frida, y que Alessandro Michele, actual director creativo, ha sabido elevar a su máximo esplendor con una celebrada anarquía. Muy yo vamos. Así que, cuando el equipo de Gucci Fragancias tuvo el detalle de enviarme Gucci Guilty bajo el #GuiltyNotGuilty me enamoró completamente. <3

Adoro el carácter libertino, derrochador, excéntrico y placentero que inspira este perfume. Una celebración que planta cara al qué dirán, al no lo hagas, no te atrevas… ¡Tan solo vive! ¡Eres libre! Y aún más, adoro cuando una firma consolida la esencia a todo su universo, ya sea en pret-a-porter, accesorios o un perfume. Todo tiene un sentido.

Gucci es exceso, lujo, es perversión, es sensualidad extrema y tal y como nos cuenta la propia firma: «La generación que inspira a Alessandro Michele se caracteriza por una celebrada anarquía. Ellos no creen en la conformidad ni en el sometimiento a etiquetas o roles de género, liberándose de las barreras sociales convencionales. Se expresan cómo y con quién quieren y exploran apasionadamente aquello que desean. Son hedonistas decididos que satisfacen los placeres de la vida sin sentirse culpables. Experimentan y disfrutan porque se sienten completamente libres».

Adoro que todo tenga un sentido, y el packing lo dice todo. El dorado se mezcla con líneas muy pulidas en un frasco que inspira elegancia. Sin límites y para los más hedonistas. Hasta su fragancia rompe las reglas. Gucci Guilty for her tiene un suave aroma marcado por un acorde Fougère de Geranio, comúnmente utilizado en esencias masculinas. Una fragancia que es pura explosión de intensidad. ¡Perfecta para esas noches de locura!. #GuiltyNotGuilty

No os perdáis a Jared Leto, imagen de la fragancia, junto a las modelos Julia Hafstrom y Vera Van Erp en una campaña un tanto subidita que, sin decir nada… ¡Lo dice todo! Deja volar tu imaginación…  #GuiltyNotGuilty